jueves, 27 de agosto de 2009

Cuaderno de notas de un diputado II (de IV), julio 1985

"Todo empezó con un acuerdo partidario que no se discutió mucho. Más bien fue una de esas líneas trazadas desde arriba.
-En estas elecciones intermedias, en cada distrito electoral debemos conseguir al menos nueve mil votos- se nos dijo y acordamos sin más, en una reunión del Comité Central -No se trata sólo de conservar el registro. Tenemos que convertirnos en la segunda fuerza electoral del país.
No sólo se añadió esa consideración, otras orientaciones eran claras y enteramente compartidas: 1a., había que conseguir los votos fundamentalmente mediante la organización de las bases del partido: ejidatarios, campesinos sin tierra, habitantes de colonias marginadas y/o populares, sindicalistas de todo tipo, etc.; 2a., era necesario aumentar la votación también mediante agitación y propaganda entre todas las capas ciudadanas; 3a., deberían cuidarse los votos recibidos en cada casilla y en los comités distritales, garantizando en ellos la presencia de representantes combativos y bien preparados; y 4a., si nada de lo anterior y los demás métodos que se emplearan garantizaba los nueve mil votos por distrito, los militantes de tal distrito deberían conseguir los votos a como diera lugar.

La línea no se discutió porque en general los dirigente medios estábamos todos de acuerdo con esas orientaciones, y creíamos que sería fácil cumplirlas. Cabía además la posibilidad de cambiar a medio camino de un distrito difícil a otro donde los nueve mil votos o más estuvieran garantizados y, por último, si no se cumplía no se iba a caer el mundo, ni temblaría demasiado el partido. Así pues, yo, responsable de uno de los 300 distritos electorales federales empecé, con los pocos que somos militantes en él, a preparar desde marzo el logro de las metas propuestas, sin mucho convencimiento de alcanzarlas, pero todos decididos a acercarnos a ellas."

jueves, 20 de agosto de 2009

Cuaderno de notas de un diputado I (de IV), julio de 1985

Entre un montón de papeles tirados a la basura; junto a volantes diversos, apuntes manuscritos de una proclama cuya redacción apenas se organiza, el original a máquina de escribir de un discurso político, copias fotostáticas de proyectos de leyes para Tamaulipas e Hidalgo; revuelto con ejemplares de leyes estatales también de Hidalgo y Tamaulipas; entre dos agendas, una de 1983 y otra de 1985 con algunas semanas llenas de citas y compromisos cumplidos e incumplidos y otros meses con sólo una o dos anotaciones, nos encontramos un viejo cuaderno escolar, con un formato obsoleto y poco usual, como los antiguos cuadernos de forma francesa que se utilizaban en algunas escuelas a la mitad del siglo pasado.

En esa libreta, auténtico vejestorio, escrito en letras difíciles de desentrañar, con tinta morada de pluma fuente que en algunos renglones empieza a palidecer, podemos leer lo siguiente, escrito en 1985:

"Hoy, 14 de julio, me robé 25,000 votos para mi partido. Bueno, no me los robé yo solo. Más bien me los regalaron, pero los acepté presuroso, con regocijo y sin ningún remordimiento. Tampoco fue un regalo de sólo buena voluntad. En realidad fue una conquista. Casi un agandalle revolucionario, me atrevería a decir. Pero ¿cómo fue eso posible? Todavía no sé si sea conveniente escribir esta historia, si lo hago y este cuaderno llega a manos equivocadas me quemo yo, quemo a mi partido y quemo al gobierno del estado que regaló los votos, aunque ¡quién sabe!, si esto lo lee un ciudadano normal lo más seguro es que crea que el relato es puramente ficción y si llega a manos de los políticos que han manejado procesos electorales únicamente sonreirán, ya que 25,000 votos son muy pocos."

jueves, 13 de agosto de 2009

Nosotros (época actual)

No tenemos seguridad sobre quién escribe esta líneas. A veces pensamos que eres tú, pero sabemos que los recuerdos no son tuyos, o no son totalmente tuyos.

Además te conocemos bien. Tus múltiples personalidades no logran hacer un yo. Haz hecho tuyo el nosotros sin pedirnos permiso. La ubicuidad de los santos del pasado y la de los héroes momentáneos del presente la logras tú por caminos insospechados. De pronto la heroína de la última telenovela está en unos cuantos miles de casas diferentes, en ciudades distantes, hasta en países separados por murallas más altas y mucho más largas y deleznables que el olvidado muro de Berlín, que tú traes a estas líneas donde aparecen juntas ciudades de Coahuila, de Hidalgo y no sabemos ni imaginamos de dónde vas a traerlas y presentarlas reunidas, cuando en el tiempo distan de dos, tres años, o tal vez de dos cientos o tres cientos. Entonces nos describirás como unidos y presentes en lugar y fecha acontecimientos que no tienen nada que ver unos con otros.

Y recuerdas aquí y allá como si hubieras estado presente en todas partes cuando eso es totalmente imposible. Y te apropias sin que nosotros te demos permiso de nuestros recuerdos. Y con esas reminiscencias construyes puentes, caminos y veredas que unen pasados diversos con un presente desolado. Pretendes que reunidos apunten a un futuro todavía en tinieblas, pero que, como el amanecer próximo, nos asegure que tendremos nuevas luces para reconstruir nuestro mundo.

Total, nosotros también tenemos múltiples personalidades. Tenemos que descubrir si son nuestras o son tuyas o son de aquellos que han vivido, han muerto, y pretendemos que vuelvan a vivir en estas líneas. Y cabalgará Hilario por las llanuras semidesérticas del norte de México, en busca de su nuevo centro de población ejidal, mientras que estando vivo se movía sin caballo, a pie por aquellas inmensidades, pidiendo aventones a los escasos vehículos que se encontraba, lo que a la postre le costó la vida . Y volverá a sentarse a la sombra de un árbol escuálido el jefe de aquel barullo de revolucionarios que también buscaba, sin saberlo, el nacimiento de miles de nuevos ejidos. Y vendrá a platicarnos el intelectual escéptico y no podrá explicar por qué luchó si no tal vez hasta hoy donde tú y nosotros nos encontremos con el torbellino de pasado y presente revueltos sin ton ni son. Donde busquemos como en el tradicional guiso "olla podrida" descrito magistralmente por Guillermo Prieto, las peras cocidas, los lomos de cordero y las manitas de cerdo, para saciar el hambre de bestia de múltiples cabezas que quiere formular un pasado y un presente comunes y unidos en la trama de nuestras vidas también múltiples ...

jueves, 6 de agosto de 2009

El Mezquite, Cardonal Hidalgo II (1985 + -)

Es algo más que murmullo lo que se oye en el salón.
De pronto, en voz muy alta:
- Ahí vienen.
-Ya llegaron.
-Son ellos ...
Al entrar los que llegan el alboroto se hace murmullo, el murmullo susurros, los susurros silencio.
-Lo tienen preso dizque porque dirigió y participó en una violación masiva de la hija de Anastasio.
El silencio se transforma en el retumbar de piedras que ruedan cada vez más rápido y en tumulto creciente.
La ira se percibe como una tromba sobre árboles secos.
Ramón espera callado que el alboroto disminuya. Junto a él, de pie, serio y en silencio, también espera Teódulo, el comisariado de los bienes comunales. A la izquierda de ambos está la silla vacía de Leobardo.
El mutismo de los que presiden se impone.
-Máximo, explicanos bien lo qué pasa -dice Ramón.
Hablando en su lengua natal Máximo explica claramente la situación. Sólo cinco minutos. Después preguntas y respuestas. Todo en ñahñúh.
Al final la situación está clara: en su afán por que la comunidad permita que Anastasio Luna , viejo y originario comunero, escriture como propiedad privada la parcela que usufructúa, el mismo Anastasio ha tramado una acusación falsa contra todo el pueblo y su principal dirigente, en conivencia con un tal licenciado Saucedo, que obligue al pueblo a negociar con él.
La discusión se alarga más de media hora pero la conclusión es clara: Es tiempo de expulsar definitivamente a Anastasio de la comunidad. No le hace que el profe siempre lo haya defendido.
Falta decidir cómo expulsarlo. Es Teódulo Piedra quien con su propuesta abre un camino: "Hoy mismo debemos tirar su casa y sembrar nosotros su parcela."
El punto se debate largamente. Se analizan pros y contras. Por fin se decide: "A las once de la mañana todos en casa de Anastasio."
Se nombra también una comisión para que avisen al Profe, quien por caminos muy extraños llegó a ser diputado local de oposición y casi cada ocho días, o al menos cada mes, asiste a las reuniones regulares de la comunidad.