jueves, 23 de julio de 2009

El Mezquite, Cardonal Hidalgo (1985 + -)

-Antonio. Antonio. ¡Antonio! Hay mucho ruido en casa de Leobardo. Asómate a ver qué pasa.
-Se estará peleando con María.
-Son voces de hombre. Despiértate bien. Algo pasa.
-Está re'oscuro. No me vengas con que Leobardo está saliendo a quebrar magueyes que no tiene.
-¡Qué te despiertes! Oye bien. Se están peleando.
-De veras ¡Carajo! Se están peleando. Son puros cabrones.
-Primero vístete, Antonio. Está fresco afuera.
-Tú no te levantes . Acuéstate ¡Que te acuestes! Yo voy solo.
-No me empujes.
-Ya cálmate, Juana. El relajo está muy feo. Hartos están hablando y gritando. Hay mucho ruido. 'Horita vengo.

Son como las cuatro de la mañana. No hay luna. Antonio siente que gran número de vecinos van rápido hacia la casa de Leobardo. Oye que un automóvil arranca. De pronto se encienden las luces de otros tres vehículos que también arrancan y parten levantando polvaredas.
Rummm, ruuuuuumm, rum.
A la luz de los faros del último coche alcanza a ver sombras persiguiendo a los automóviles que huyen. Algunas siluetas se recortan contra las nubes de polvo iluminadas por las calaveras de los autos. Antonio cree ver tres o cuatro fantasmas arrojando piedras con furia.
Crash, crash, crash.
Ruuuum.
Los automóviles se pierden en la distancia.
-Pinches judiciales, hijos de la chingada ¡se llevaron a Leobardo!
-¡Máximo, ven! Hay que ver a dónde lo llevan.
-Sólo vayan ustedes dos. Los de más, hay que llamar a junta.
-Doña Mari ¿qué fue lo que pasó?
-Pos no sé bien, sólo entraron los judiciales y sacaron a Leobardo a jalones. Casi tumban la puerta. Se defendió bien, pero eran muchos.
***
Escasos quince minutos después el aula más grande de la escuela está totalmente llena.
-Lo único que sabemos es que los judiciales se llevaron al comisariado
-Máximo y Ambrosio y alguien más se fueron a Ixmiquilpan.
-También iban Pedro y Emeterio. Pero sabe si a Leobardo se lo habrán llevado a otro lado.
-Uno de los judiciales es al que le dicen "el Sapo". Yo lo vi bien.
-Cálmense, compañeros, hay que esperar a los que fueron para saber qué pasó.
-No doña Leoncia, hay que ir todos a buscarlo.
-Dejen que hable Ramón, para algo lo nombramos delegado.
-Hay que esperar aquí reunidos a que vengan Máximo y Emeterio.
Minutos después eso fue lo que se decidió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario