jueves, 24 de diciembre de 2009

Nosotros en una cantina (actualmente)

Hace poco nos juntamos en el D.F. La ciudad de México nos cansa, es caótica pero también maravillosa. Fuimos a la cantina "La Mansión de Oro" que nos trae muchos recuerdos. Ya entrados en copas nos estábamos preguntando qué habría pasado con aquel ñahñúh del Mezquite al que le tiraron su casa. Con él y con su hija. Ninguno de nosotros tenía noticias. Hasta que llegó la memoria de Felipe Gómez; esos recuerdos que viven en nosotros y que buscan afanosamente todo lo relacionado con las luchas agrarias. Felipe Gómez nos contó algo que no tiene que ver ni con Anastasio Yeso ni con su hija, de quienes suponemos tenían casa en algún otro lado. Sabemos también que vivían más del comercio que de lo producido en su parcela. Su terreno era un poco más de una hectárea, de temporal, casi desértico como todo el Valle del Mezquital antes que lo regaran las aguas negras. No tenía riego porque Anastasio nunca quiso aceptarlo. Pero los recuerdos sí tienen que ver con el Mezquite y sus luchas y con el desalojo de los Yeso en particular. Transcribiremos lo que nos narró Felipe Gómez.

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