jueves, 8 de abril de 2010

Antecedentes y primeros pasos de la “Solicitud del ejido de Puerto Tetzo”

En 1983 los ciento noventa y siete ñahñúhs jefes de familia de Puerto Tetzo, del municipio de Cardonal Hidalgo obtuvieron la resolución presidencial que reconoce y titula como bienes comunales a las 1,308 hectáreas que rodean al poblado.
Ese mismo año, como medida propagandística del régimen estatal, la resolución presidencial se ejecutó y las tierras fueron formalmente “entregadas” en una ceremonia ampliamente difundida por prensa, radio y televisión, efectuada en el desértico poblado, a la que asistieron tanto el gobernador del estado como las autoridades agrarias federales comisionadas en Hidalgo. En ese acto protocolario se anunció un “apoyo estatal extraordinario” para la reforestación con magueyes y nopal forrajero de los recién reconocidos bienes. Todo un gran y muy difundido espectáculo mediático.
Dos años después, en 1985, los comuneros del Mezquite, a unos pocos kilómetros de distancia de Puerto Tetzo, desalojaron en defensa de su propiedad social a un campesino que pretendía convertir en propiedad privada la parcela en que vivía.
Ese mismo año diez y siete jóvenes de Puerto Tetzo, campesinos “con sus derechos a salvo”, asesorados por los comuneros del Mezquite iniciaron la lectura de la Ley de la Reforma Agraria. Fácilmente convencieron a tres indígenas más de su poblado, algo mayores que ellos, para que se unieran al grupo y así completar los veinte campesinos sin tierra que la ley vigente por entonces requería para solicitar tierras ejidales.
Con la ayuda de “el Profe”, quien fuera testigo mudo en el desalojo realizado en el Mezquite, elaboraron la solicitud oficial de “dotación ejidal”, cuidando satisfacer todos los requisitos legales. En tiempo y forma le entregaron el oficio a la autoridad estatal correspondiente en septiembre de 1985.
La solicitud señaló como terrenos afectables las hectáreas ociosas y sin propietario conocido de la margen derecha del río Tula a la altura del balneario Tzindejéh
Pocos meses después, a principios de 1986, llegó la primera respuesta oficial: la solicitud no procedía, pues no había terrenos susceptibles de expropiación en las inmediaciones de Puerto Tetzo. Empezó entonces una larga batalla, tanto en el terreno de los hechos como en el legal, cuyo desenlace final todavía no se conoce.

2 comentarios:

  1. Tras de leer los numerosos escritos tiene uno la sensación de hallarse ante la redacción de unos hechos que el que los narra ha estado metido de hoz y coz en esos asuntos. Por eso parecen ajenos a imaginaciones. Como si fueran crónica de sucesos. Como albacea testamentario. No sé... Esa impresión me da.

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  2. Albacea testamentario. Mejor que cualquier supermán. ¿Reminiscencias de los deberes de los monjes a lo largo de la historia? Yo tampoco sé, sólo se me ocurren preguntas.

    Aunque sean espectáculos mediáticos, cada poder en turno elige los espectáculos que quiere dar, supongo.

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