jueves, 1 de septiembre de 2011

Jacinto Arriaga y Manuel, hermano de Felipe Gómez (Regresando de Saltillo, Coahuila, 1952)

– ¿Tú crees que los de la Forestal cumplan lo que prometieron?
Manuel Gómez se ve molesto. Sentado al lado de Jacinto, en los viejos asientos del autobús foráneo que se dirige a Monterrey, Manuel duda seriamente que los compradores de la cooperativa vayan a pagar el aumento acordado al kilo de fibra, pero sobre todo piensa que los remanentes seguirán siendo escamoteados.
– Esos cabrones no son de fiar. En eso tienes razón, pero fuimos muchos los que nos juntamos ¿Cuántos seríamos? Yo creo que más de los cinco mil que calculamos en la junta de ixtleros a la que nos quedamos. Y la verdad, sí les creo a la mayoría de los que nos quedamos. Si los de la Forestal no cumplen nos vamos a juntar más. Si en treinta y siete pudimos contra el tal Cedillo y formamos la cooperativa ¿Por qué no vamos a poder empujarlos ahora?
– Pero en treinta y siete el presidente era Lázaro Cárdenas. Ahora con ese ladrón de Miguel Alemán no podemos esperar ningún apoyo.
– Miguel Alemán ya terminó su periodo presidencial y ese viejito Ruiz Cortínez lo vamos a agarrar apenas entrando de presidente. Seguro no será como don Lázaro, pero al principio de su gobierno no va a querer problemas acá en el norte. Con unos seis mil que nos juntemos seguro quita al gerente de la cooperativa. Y ese cabrón no quiere perder el puesto. Yo digo que aunque no quiera va a tener que cumplir lo que prometió. O ¿tu crees que ninguno de los que estaban en la junta, la que hicimos hace rato, le va a llevar el chisme? Bien sabes que siempre tenemos orejas que nos mandan las autoridades. Si en el treinta y siete nos reunimos un chingo, que ¿ahora no podremos? ¡Seguro que sí! Tu sabes que los de Tamaulipas no vamos a fallar.
– ¿Tú crees que había orejas en nuestra junta de hoy?
– Todos los que estábamos ahí lo sabemos bien. Podemos cumplir. Lo vamos a hacer si hace falta. Pero por los orejas insistimos tanto en que si no cumplen nos vamos a juntar un chingo: tantos más cuantos de aquí y tantos de acá. Cada quien dijo bien alto el número que volveremos si hace falta. Tú sabes que algunos le echan de más, pero los pendejos orejas se la creen si lo decimos con mucha seguridad y a las autoridades les tiembla la huila y hasta creen que podemos ser más. Y ahora que va a empezar el nuevo presidente no van a querer borlotes. Van a tener que cumplirnos.
– Pues casi me convences, pinche Jacinto.
Cansados después de un combate que se avizoraba triunfante los dos campesinos se durmieron en sus incómodos asientos.
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La conversación de los dos amigos nos hizo recordar los siguientes datos históricos:
* La Federación Nacional de Cooperativas ixtleras “La Forestal F.C.L.”, se formó después de una larga lucha y una gran marcha campesina que culminó en 1937 en la ciudad de México. La administración del presidente Lázaro Cárdenas otorgó en exclusividad el derecho a la explotación, comercialización y exportación del ixtle de lechuguilla, fibra de alto precio y gran demanda en países de Europa durante casi todo el siglo XX, a La Forestal F.C.L.
* Con ello se rompió el monopolio explotador de empresarios privados, encabezados por un político que de revolucionario se pasó a la reacción, el general Saturnino Cedillo, cacique de San Luis Potosí, que a la postre y por otros motivos escenificó el último levantamiento armado contra la revolución mexicana y que fue derrotado precisamente por el propio presidente Lázaro Cárdenas.
* A partir de 1937 la situación de los talladores de ixtle mejoró notablemente, aunque no lo suficiente para resolver la pobreza de los habitantes del semidesierto del noroeste de la República.
*Como ningún triunfo es perfecto y como La Forestal F.C.L. fue una federación de cooperativas con participación estatal, con el tiempo los gerentes, nombrados por el gobierno, toleraron y/o participaron en la corrupción que escamoteaba periódicamente la entrega a los cooperativistas de las utilidades acumuladas, que los campesinos conocían con el nombre de remanentes. Eso motivó luchas periódicas de los campesinos que lograban triunfos más o menos significativos, dependiendo del grado de organización y movilización que tuvieran los participantes en cada uno de esos combates. Las dos narraciones anteriores a esta nota corresponden a una de tantas de esas batallas.

1 comentario:

  1. me pareció sumamente interesante la parte de los datos históricos. tanto o más que los relatos.
    ya.
    nomás lo observo y lo dejo aquí apuntado.

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