jueves, 8 de octubre de 2009

La lista fantasma. Monclova, Coahuila V (junio de 1978)

Sí, sí, ¡claro! Ustedes me dicen que esa lista me da todo hecho: "Diez y siete extraordinarios luchadores sociales". "Uniendo las luchas del pueblo podrás hacer el partido".
Pero todos los nombres que traigo en esa hoja de papel revolución escrita a mano pertenecen a fantasmas: espíritus burlones, ectoplasmas chaqueteros, mujeres inexistentes de belleza fantasmal.
Por ejemplo, tres de los maestros de la lista: ninguno trabaja en la escuela donde debería laborar según dice este papel. A uno de ellos ni siquiera lo conocen. Los otros dos no dan clase ni asisten a las aulas, porque son "comisionados sindicales". Fui al SNTE, aunque sea priísta. Pregunté por los tres y sólo recibí sonrisas despectivas. Ni por el local sindical se dan la vuelta los "grandes luchadores sociales". Alguien a mis espaldas murmuró "pinches aviadores" ¿Para qué buscarlos más?
De las seis mujeres de la lista tampoco he encontrado a ninguna. Seguramente sus nombres, si son reales, pertenencen a mujeres atractivas con las que mis compañeros de partido estuvieron coqueteando con pretexto de luchas populares. Dos de ellas tienen números de teléfono inexistentes: se los dieron gentilmente a quienes las acosaban con pretextos izquierdistas. Otras dos no viven ni son conocidas en las direcciones que proporcionaron. La tienda donde trabaja la quinta no he podido localizarla. La sexta, también maestra, no he tenido tiempo de buscarla; tal vez no sea fantasma como los ocho que ya se esfumaron.
Al grupo de "los verdes" lo contacté gracias a los periódicos del partido; ninguno de ellos estaba en la lista. Los diez y siete nombres no sólo se están borrando en una hoja de papel largamente manoseada. Sus dueños se diluyen en la nada volviendo a la lista cada vez más fantasmal.
Sólo Luis Zapata se ha materializado. Según la lista es dirigente de una colonia popular. Eso resultó otra mentira: es obrero de primera generación. Su padre y su hermano mayor son ejidatarios con fuerte tradición de lucha agraria. Como tercer hijo de ejidatario sabe que no será quien herede ni terrenos ni derechos ejidales y tampoco alcanzó lugar en el nuevo centro de población "La Esperanza" que conquistó su hermano, por eso buscó y consiguió trabajo en Altos Hornos. Lo localicé hace apenas unos cuantos días. Me voy a dormir. Ya me estoy cansando de perseguir fantasmas durante las cinco o seis semanas que ando por aquí.

2 comentarios:

  1. "Pero todos los nombres que traigo en esa hoja de papel revolución escrita a mano pertenecen a fantasmas: espíritus burlones, ectoplasmas chaqueteros, mujeres inexistentes de belleza fantasmal."

    Me quedé con esta frase.

    Saludos

    Senocri

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  2. ¡Ah! los demás comentarios también son de senocri, el africano

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