jueves, 1 de octubre de 2009

Felipe Gómez II, entre el 19 y el 21 de junio de 1914. En las inmediaciones de Zacatecas

-¡Hey, muchacho! ¿Qué haces cantando bajo ese pirul? Desaloja, que vamos a poner cañones.
Junto con ese general -debe serlo, pues está muy bien uniformado- viene Jacinto, uno de los que se unieron a tu grupo cuando regresaste a Jaumave por más gente.
El tono del militar no te gustó, pero hay algo en su figura que detiene tu protesta. Sigues tocando, pero haces una señal a Jacinto para que se aproxime.
-Oye Chinto ¿quién es ese de a caballo?
-Ni le rezongues. Es Felipe Ángeles. Yo vengo nomás de cola. Quesque va a poner hartos cañones.
Todos han oído hablar de Felipe Ángeles, pero tú no lo conocías.
-Oiga, usté, mañana o pasado nos vamos a jugar la vida entrando a Zacatecas. Deje ver nomás cómo ponen los cañones.
-Primero te haces el sordo y luego vienes conmigo. Pues ¿quién eres?
-Quesque soy capitán primero. Ando con unos cuantos que me traje de mi pueblo. Pero mañana o pasado le haremos caso a Maclovio. Como todos dicen, si no hay orden no ganamos.
-De modo que perteneces a la brigada de Maclovio Herrera ¿Qué haces entonces descansando?
-Pos nos dijo a los nuevos que hasta mañana nos presentáramos con él. Yo andaba con mi gente al mando de otros jefes cuando tomamos Torreón.
-Oye Juan, aquí abajo de este pirul pones esos dos cañones ... ¿Tú cómo te llamas?
-Felipe Gómez.
-¿De veras o me estás tomando el pelo?
-Es cierto, mi general, yo me llamo Chinto y vengo con él desde Jaumave. Y es re'arrojado. A caballo ni quien lo pare.
-Muy bien ... ¡Juan!, este otro Felipe ya nos trajo seguro buena suerte. Cuando empecemos a disparar desde este escuálido arbolito vamos a darle duro a los pelones.
-Cuando estemos en las tierras que nos repartan en Jaumave vamos a invitarlo, el Chinto y yo, para que vea los arbolotes en los que nos vamos a sombrear.

Minutos después tomaste la vereda por la que bajó Felipe Ángeles.

1 comentario:

  1. -Cuando estemos en las tierras que nos repartan en Jaumave vamos a invitarlo, el Chinto y yo, para que vea los arbolotes en los que nos vamos a sombrear.

    Muy bueno el comentario.

    En España había una consigna para movilizar a los jornaleros:

    '¡La tierra para quien la trabaja!'

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